domingo, 18 de octubre de 2009

DAVID ROSIQUE. BOLA DE CORRESPONDENCIA.

Bola de correspandencia

Película dirigida por Mark Fosrt, y escrita por Milo Admira, y Will Rocos, protagonizada por Billy Bob Thornton, Halle Berry, Taylor Simpson, Grabrielle Wicher, Heath Leadger, Amber Rules, Peter Boyle, Taylor La Grange, Mos Def .
Una de esas películas, que no te deja indiferente, porque los en ella intervienen, sé dejan, o sé juegan la vida filmicamente hablando. Los actores, saben, a lo que sé enfrentan. Conocen su destino, pero aún así, no pueden evitar demostrar lo que son, y lo que han sido. La historia, propone, a hombres, ante sí mismos. Unos con la posibilidad de redimirse. Otros, condenados, que ni aún viviendo, sé salvan.
El actor, que interpreta Mos Def, es un hombre malo, y va morir. Lo interesante, es acertar, a entrever, que piensa, sobre la importancia, que tiene su vida. Para él, y los demás. Lo más, destacado, del proceso, de la muerte; es su mecanicidad. Sí te contrarrestan, tu biología, no sobrevives. Ley de Dios. Esto, también, es aplicable, al personaje de Heath Lealger. Lleva una existencia, vacía. Sin compañía. La no aceptación, de su personalidad, por parte de su padre, le hacen suicidarse. Qué remedio. Lo extraordinario, de la bronca, que le hecha Billy Bob Thornton, por haberle estropeado, el ultimo paseo, en el corredor de la muerte, al reo; es que le está echando, un rapapolvos, en su posición de superior. Sin saber hacerle entrar en razón. Porque a él tampoco supieron. Que no sé pase. Porque el odio, acumulado, de generaciones, aflora, fácilmente, aunque, sólo sea un trabajo.
Es todo una cadena. El niño Taylor La Grange, no ha tenido, el entorno adecuado. Con tal desorden, su vida es un engorde de desgracias. Un desgraciado accidente lo mata. Está tan gordo, que cuando su madre, Halle Berry, en la pantalla, lo amedrenta por comer demasiado, parece que se lo dice así misma, porque sabe que su hijo es un caso perdido, pero también ella, alguna vez, pudo engordar. No quiere repeticiones.
Estos dos personajes, Halle Berry, y Billy Bob Thornton, son lo interesante de la película. El esfuerzo que hacen por encontrarse. En el momento exacto, por plasmar, en pantalla, poco a poco gestos. Guiños. Que les vayan acercando. Para reconocerse. Ensalzan una complicidad, de la que pueden, sentirse orgullosos. Procurando, que sea lo más intimo posible. En última instancia único. Van limando diferencias. Tratándose, con delicadeza. E incluso mandando a Peter Boyle, a una residencia, para que no les moleste. Pues es lo opuesto a la comprensión, y al cambio. Desprenden las emociones, de pasados recuerdos, con otras personas, para que estas sé queden con la esencia. Y puedan compartirlo, en futuros encuentros, aunque no estén, las personas, de las que hablan.
Durante todos estos tiempos. Sé hacen traslados materiales, personales, de espacio, a través de paisajes, detalles, y personajes. Hacen posible, que sé creen, un mundo, a medida. Después de media vida, hacen un hogar, que les es grato, sin que importe, mucho más.
Una de buenos actores, es la de aun, siendo tu mismo, hacer de otro. Por ejemplo, Billy Bob Thornton, les habla a los niños, en el tono de Martin Luther King. Queriendo, que quiere que aprendan, porque aun hay tiempo.
No hay placer, más gratificante, que el de no, necesitar, nada más. Los amantes, sé han aceptado, sé necesitan y sé bastan. De hay la faz.

Consabidamente, David Rosique.

No hay comentarios:

Publicar un comentario