domingo, 18 de octubre de 2009

DAVID ROSIQUE. DE BUENAS A PRIMERAS.

De buenas a primeras

Cuando eres pequeño te dicen que te juntes con buenas personas, cuando eres mayor te das cuenta de que te lo decían solo para que no te separaras de ellos. En especial tenía la mala costumbre de confiar estupendamente por principio. Pero debido a algunos desengaños, considero que en el mundo lo que sobran son gentes, así que para que aguantar a los indeseables. Con la edad con la que se aprende a montar en bicicleta, iba a la jugar a la plaza, que hay junto a la casa de mis abuelos. Por esa época pasaba religiosamente puntual por las tardes, el señorito Julio Huertas, conduciendo un mercedes con el codo apoyado en la ventanilla, dando una curva de izquierdas de 270 grados, clavando fijamente la mirada en nosotros con aire de colmado, y saturado. Tanto es así que en los años sucesivos, yo estaba convencido de que este sujeto no podía tener hijos, de las veces que me lo cruzaba por casualidad.
Para mí, la música es muy poderosa por su poder evocador, y fantasioso, pero es que en la pequeña aldea donde vivía, se pasaban todo el día con ruidos de aparatos siderúrgicos, en plan amenazador, para que hiciéramos esto, o aquello. Cuando eres joven eso te marca.
Estoy contento de haberme largado. Luego voy a Madrid, y me sigo encontrando periódicamente con el tipo en cuestión, y mis compañeros de habitación de la universidad Europea, se ponen muy nerviosos, porque pasan a mi habitación personas desconocidas, leen mis cuadernos, y noto que me revuelven las cosas.
En estas le pregunto a la chica de los mensajes, después de miles de ellos, sí me sigo exponiendo, y hago un segundo intento de grabarles con cámara espía, o me largo a la ciudad a ver si los alejo de mí. Y me llaman de la Caixa. Entonces alquilo un estudio en Arturo Soria, que da a la m 30. Allí el tráfico es insoportable, y los vecinos, los muy avispados estaban dando toques en la pared cada cinco minutos. Haciendo ruidos, porque soy lo más interesante que les ha pasado en la vida, con que mi mente se formateo, que reset. Después empiezo a sospechar que ponen cámaras con las llaves del portero. Tengo la seguridad de que esto ha ocurrido en más de una habitación de las que he estado, debo de estar en algún circuito cerrado para millonarios. Pero probablemente, sí a los aparatitos se les acaba la batería debe ser muy difícil detectarlos. También sospeché, que me drogan con algo de lo que tomaba, por qué me encontraba fatal, es difícil definirlo, pero no probarlo. Me rompieron la ventanilla del coche, se llevaron dos ordenadores que no estaban a la vista, y unas gafas.
Me mudé entonces, a una residencia en Villaviciosa, en la que no cerraban con llave, con la de albanocosobares que los asaltan, aunque allí lo único de valor era yo. Volví a Cartagena, y allí siempre que pueden me sedan, para poderme manejar más fácilmente, así que me van a ver poco. No quiero saber nada de la familia, que están muy bien donde están.
Vuelvo a otra residencia de puertas abiertas, y engordo veinticinco kilos, sin que la chica de Boadilla por la que me había decidido, haga nada por animarme a ir a clase, con lo que de mí, ya se puede ir olvidando, por mucho que insistan sus primos.
Por fin me aceptan en La Nebrija, para hacer la especialidad que siempre he querido, aun que nunca lo haya tenido fácil. Entonces la colombiana que hacía la comida, en el primer chalet de este año, nos echa algo en la comida, con lo que no podíamos ir al baño. En el mismo la alemana, su padre desde Alemania, aunque puede que viniera, y yo, con la misma sensación de la cámara. En Barcelona me envenenaron en el hospital Del Mar, tuvo que ser alguien de muy arriba, porque es uno de los principales, perdí el sentido, me di un golpe en la cabeza contra el suelo, y me abrí una ceja.
Tengo una pierna 2 centímetros más larga que la otra, por un accidente de cars a los diecinueve, y hace cuatro años que no juego al fútbol, y prácticamente dos que no miro un partido. No se sí en realidad la gente es que es así de hipócrita, o es que en este país solo se come circo. La gloria es una incomprensión, y tal vez la peor, que diría gladiator. Y siguen empeñados en hacerme la vida imposible, y en que salte al campo para sus críos, y su vanidad. Va jugar su puta madre en bragas.

Consabidamente, David Rosique.

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