domingo, 18 de octubre de 2009

DAVID ROSIQUE. LA LOZANIA.

LA LOZANIA
El pasado lunes veinticuatro de noviembre de 2008, estuve en el palacio Almudí, en un acto de la academia de Bellas Artes de Murcia, para recordar a Sánchez Borreguero, médico de profesión, en su fallecimiento, en el día anterior, y para nombrar a Demetrio Ortuño, de ochenta años, natural de Jumilla, y arquitecto de profesión, director honorifico de la academia. Mi padre Francisco Marín Hernández, arquitecto de profesión, es presidente de dicha academia. También salió brevemente en el informativo regional de Murcia, por la primera, saludando al excelentísimo presidente de la comunidad autónoma de Murcia, Ramón Luis Valcárcel. En dicho acto, pude comprobar el ambiente solemne de dichas reuniones. Sintéticamente, sé puede decir que su almas, están encerradas en sus cuerpos sin ánimo de lucro. Es decir, que esperan con paciencia. De todas formas, siempre es bueno conocer a quienes llevan, las riendas de nuestra sociedad, para vernos reflejados. Después hubo un concierto, del grupo de música clásica Almus, en dónde no sé pelearon. Los músicos, sé cuentan sus miserias al oído. A mí la música, con mi instrumento, sé me da muy bien, porque mis ideas son agradables, pero todo lo demasiado personal me parece insoportable, porque que yo sepa, no le debo nada a nadie, más bien al contrario, asique tácitamente pienso, y me dicen, que es que estoy tan afinado, que lo común mundano me horroriza, porque la gente, sólo sabe esconder, sus miserias, y molestar, y cuando no les haces caso, encima replican. A mí me para la medicación, que no hay manera de que alguien me la quite, y sentarme a la mesa con incomprensión, pues la comida, ya que es obligatoria, mejor que sea en buena compañía. Por lo demás, estoy muy contento de no haberme ido con nadie, pues el tiempo ha demostrado que no estaba equivocado, por mucho dinero que me hayan ofrecido. Es más el que muevo. En España, y esto, hay que solucionarlo, es muy habitual la pederastia. Hay tenemos el caso, de la pequeña Mari Luz Cortés, con su padre Juan José Cortés, luchando por su memoria. Muy importante que quepa. Yo sería capaz de matar por mis hijos. A mis hijos no los va a tocar nadie, los voy a tener bien reunidos, y van a disfrutar de la mejor de las infancias, adolescencias, madurez, y de las compañías. Yo no me bajo nunca. Tengo muchas pretendientes, pero ninguna proposición firme. Dado pero mama. No me llaman, muchas por el entorno, otras por sus familias, y la mayoría por miedo, a pesar de que este es un sentimiento muy peligroso, pues puedes acabar lamentándote, y lamiéndote las heridas. Quiero decir, que no voy responder a ningún mensaje indirecto, pues sí quieren hablar conmigo, lo pueden hacer directamente, pues saben dónde encontrarme, y tienen mis teléfonos. Que me llamen, y sino que sé aplaquen, pues yo no tengo su culpa. No lo olvidará. Esta semana he visto algo de futbol, y me gustaría comentar algo sobre el tema. A Josep Guardiola, le seguía cuando jugaba en el Barcelona, y quiero recordar algo que dijo, me parece que con respecto a Romario, y que yo aplico a la vida diaria, y por tanto a mis actos, ”La economía de movimientos”. Una de las frases, que he recopilado en mi libro de frases celebres patentado; En Mis Ratos Libres Nocturnos, explica; ”Compórtate siempre igual que sí te estuvieran observando”, asique conviene no desgastarse para guardar toda la energía que necesites en el futuro. También sé que él escuchaba música clásica en el vestuario. A mí cuando jugaba en los equipos de Cartagena, siempre me llegaba el balón tarde, y no me daba tiempo a orientar el balón, y a girarme. Te clavan, sino hay fluidez, y el balón, no circula con precisión. Luego en el Murcia B, solía marcar en los amistosos, pero tenía la costumbre de llenar la bañera de agua fría, con placas de hielo, para mejorar la circulación, y doblé la rodilla en exceso, en frió, y tuve una elongación. Cuando me recuperé, estaba tan en forma, que llegaba a la portería contraria, con el balón controlado desde el centro del campo, pero no acertaba a introducirlo, en la portería contraria, por los pelos, a pesar de que iba rapado. En mi juventud, mis remates iban siempre al palo, incluso desde el centro del campo, igual que en el no gol de Pelé. Tenía gran capacidad para desplazar el esférico. Luego en Madrid no llegué a jugar el futbol, pero estaba en buena forma. Había un gran gimnasio en el campus de la Universidad Europea de Madrid, lugar dónde estuve estudiando un año Audiovisuales, Periodismo, Relaciones Publicas, y Publicidad, la primera vez que sé impartía en España, una triple titulación al mismo tiempo. Era tan feliz en Madrid, en una gran ciudad, con libertad de movimientos, con compañías de jóvenes emprendedores de mi edad, y sobradamente valiosos, con los que compartí clases, y residencia, con ocho mil alumnos en el campus, y la residencia mixta de cuatrocientos setenta y cinco, estudiantes. En el aula buscaba la compenetración, pero no sé creían lo de mis residencias. Llegué a tener hasta cuatro ese año, actualmente las molestias de entonces, me hubieran parecido ahora graciosas, pero me largué de la Universidad sin motivo aparente cuando estaba todo por delante, por una chica. Después de salir los fines de semana, y algún que otro laborable, intentándome beber el océano. Después de darles largas, a los gorilas que custodiaban las discotecas en los que aparecía, enviados por algún mandamás, que sé mosqueaba cada vez que hablaba con una fémina. Los actores, que están viendo videos de la época, dicen que era; “Haber quién sé va antes”. Yo soy muy rápido, y en mis mejores tiempos dicen que le hubiera pegado a Mike Tyson, porque tengo un juego de piernas, que ni los del boxeo, y repito, me desplazo muy rápido. Después de que la ciudad sé levantará en obras, clamando al cielo; “Que era una de las grandes”, sin conseguir la candidatura olímpica para 2016. Después de patearme la ciudad, y de los interminables atascos. Me fuí a la Universidad Antonio Nebrija, la más pequeña de las grandes universidades. Dónde después de un verano en el que a los cabopaleños sé les apareció un fantasma, y todavía lo están pensando. Volví a Madrid bien de forma, y con las expectativas meramente de estudiar, pero después de un comienzo de curso espectacular, igual que siempre, empezaron a atosigarme los pringaos de los jefes, y es que no aguanto que me digan lo que tengo que hacer, sólo sí me conviene. Que hubiese venido en persona quién quisiera hablar conmigo. Asique viajé a Los Ángeles, haciendo escala en Munich, y es tuve dos días. Mucho peligro, y poco beneficio. También fui a Alicante, Barcelona, Bilbao, Granada, y a Macón, un pueblecito, a las afueras de Paris. El pasado miércoles veintiséis de noviembre de 2008, estuve en el museo arqueológico de Murcia. En una mesa redonda, a la memoria de un escultor murciano muerto, en el noventa y cinco, que se llamaba Sánchez Lozano, con su discípulo, y compañero, Antonio Labaña exponiendo. En Murcia, igual que en todo el mundo, somos creyentes mediatamente al pie de la letra, y es que las figuras religiosas, son muy contenidas. Por algo duran tanto. Estoy muy contento, en el Centro al que voy por las mañanas, en el que juego al futbol en el césped, igual que en el jardín de mi chalet. Estoy completando a marchas forzadas, pero muy cómodamente, mi reinserción social. Soy uno más entre ustedes, lo que ocurre; es que me ven llegar a lo lejos. No hay problema, estamos a tiempo. Ya no me oculto, detrás de las gafas de sol, y doy largos paseos con mis acompañantes. Está siendo un gran año, me siento en plenitud de condiciones, en espera de que me quiten la medicación. Porque me estoy portando tan bien, que me van a dar el alta definitiva, si sigo igual que hasta ahora, aunque todavía falta mucho. Cada vez, tengo más expectativas de futuro, y sé que mi negocio por internet, va a ir muy bien, porque ustedes, están deseando verme en acción. Yo siempre estoy a la altura. Les regalaré grandes tardes de diversión. La gente de los alrededores, dicen que me han creado. Bien, no tengo casi nada de casi nadie. He cogido lo mejor de los personajes, que he encontrado en el camino. Y sobre todo, lo mejor de las personas que han influido en mi vida. Ya no me quedo nunca, siempre voy por delante, y estoy deseando ampliar horizontes, y conocimientos, para darle salida a mis aptitudes, y conocimientos. Dicen los expertos, que le he dado un giro a la programación. Sé que puedo dar mucho más de mí, y no me conformaré nunca, con una vida impuesta por culpa de mi tiempo, y de mis compañeros de viaje. Quiero el control absoluto de mis actividades, y demás condicionantes externos, porque por dentro estoy muy bien, y por fuera, no hay más que verme.
Consabidamente, David Marín Rosique.

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