domingo, 18 de octubre de 2009

DAVID ROSIQUE. OPERETA TRAVIESA.

Travies

La Traviata, que significa, La Descarriada. Obra de Gioseppe Verdi. A partir de la novela de Alejandro Dumas, La Dama de las Camelias. Nacido el diez de octubre de mil ochocientos trece, en Roncole, y fallecido el veintisiete de enero en Milán. Forma parte de su conjunto de libretos más queridos por los aficionados, junto con Rigoletto, y Ll Trovatore, compuestos en un doloroso periodo personal, por la muerte de su primera esposa, y de su hija. Esté autor apuesta por la palabra, más que por el cante, estando sus primeras obras politizadas. Tras el éxito se atreve con el Otello, y Falstaff , de Shakespeare con la pertinaz visión subjetiva, y al final de sus días con temas religiosos. Las partituras que he analizado, son las pertenecientes a las realizadas por la Orquesta Sinfónica de la RAI de Turín, y de la Orquesta Filarmónica Nacional Inglesa, con Maria Callas, y Luciano Pavarotti, en consonantes estrellas acompañados por Alfredo Albanese, y Ugo Savarese, y por J.Sutherland y M.Manuguerra respectivamente entre otros.
La Soprano Maria Callas, más conocida con el sobre nombre de La Divina, nacida en mil novecientos veintitrés, por casualidad en Estados Unidos, durante un breve viaje de su madre, con la que regresó a Grecia, y en donde se crió con su verdadero nombre María Ralogeropoulos, y con su maestra española, Elvira de Hidalgo. Empezó a actuar, en mil novecientos cuarenta, sorprendiendo a los especialistas por su destreza, y versatilidad. Por aquel entonces estaba casada con el industrial Giovanni Battista Meneghini, usando su apellido. En la década de los cincuenta se convirtió en una de las favoritas de la Scala de Milán, y en protagonista de la resurrección de autores de comienzos del siglo XIX, en especial Donizetti, y Bellini. Interpretaba actuando, y fue culpable de una nueva dimensión en la escena, pues se ganaba al público a base de coraje, e inocencia. En los años sesenta, en plena madurez, fue protagonista de prensa por su romance, con Aristóteles Onasis, armador griego, quién decía, que tenía éxito en la vida por dormir una hora menos que los demás, y aprovechar mejor el tiempo. Su último concierto, fue el once de noviembre de mil novecientos setenta y cuatro, en Sapporo. Murió a los cincuenta y cuatro años en Paris, en desgraciadas circunstancias. Aunque tenemos la suerte de poder disfrutar de su gran voz, por la gran multitud de repertorios en los que gravó, destacando espectacularmente sus contenidas interpretaciones a una pieza de “La flauta mágica”, y el “Ave María” de Mozart, que decía, “nuevos amigos, nuevos dolores”.Luego el tenor Luiano Pavarotti, nacido el doce de Octubre de mil novecientos treinta y cinco, en Módena. Realizó su primera actuación, un veinte nueve de abril del mil novecientos sesenta y uno, en el teatro Regio Emilia con la Boheme de Puccini. Ese mismo año gana un Concurso Internazionale. Actúa en Europa, durante los años sesenta, consagrándose en mil novecientos sesenta y ocho, protagonizando a Rodolfo de Bohéme, en el Metropolitan de New York. Lo que le valió una portada en el Time. Ha interpretado al Radamés de Aida, y al príncipe Calaf, de Turandot. Ha cantado junto a Sting, Andrea Bocelli, Frank Sinatra, y Caetano Veloso, entre algunos. También ha formando junto a Plácido Domingo, y José Carreras, el trío Los Tres Tenores, con reconocida fama. Trabaja con especial eficacia con Joan Sutherland, y con el director Zubin Mehta. Sus discos se venden por millones en todo el mundo, y ha trabajado junto a Bono de U2, en eventos de máxima notoriedad ante miles de personas. Desde mil novecientos noventa y uno, realiza los conciertos Pavarotti and Friends, en Módena, con fines benéficos, y posee numerosos reconocimientos, por sus donaciones, y trabajos humanitarios. Tiene tres hijas de su primer matrimonio con Adua, y otra de su segundo matrimonio, con su asistenta Nicoletta. En el dos mil cuatro, se retira en el lugar que le dio repercusión, el Metropolitan representando al pintor Mario Cavardoso, en Tosca de Puccini. El siete de julio de dos mil seis, fue operado de un cáncer de páncreas en New York, del que esta aún convaleciente. La música habla varios idiomas con un solo fin, satisfacer. Son los músicos, con sus instrumentos, los producen una sintonía, con el universo, de la que hacen cómplices a quienes les comprenden.











Libreto de Francesco María Piave, con Maria Callas y Francesco Albanese.

Orquesta más allá del júbilo, justamente en donde sabes que lo van a vivir no se repetirá, pues la molécula que esperan irá por otro cauce. Aguantan, para saber por donde va cada uno. Todos coinciden. Se degustan todos los componentes. Descansan unos sobre otros. Un violinista observa,”nuestro idioma es mayoritario”, bueno le responden,”son acotaciones que vienen a cuento, aya los puntos sobre las “ies”.
Disfrutemos, pues viene un ser que de tanta erosión, se ha moldeado con una impresión que difícilmente puede quedar inadvertida. De acuerdo, entran a escena ambos. Advierten, nosotros en lo básico igual que los demás, y en lo extraordinario lo que sabemos, y seleccionamos.
Con tranquilidad, pausa, y trasgresión, pospón el momento de la definición. Quiero saber que cantas. Se tú desenvoltura, y puedo conversar contigo conociendo nuestros límites, tu voz, tu entendimiento, tu interpretación, y tus posibilidades. Inabarcable.
Maria Callas era uno de esos seres, de los que la gente sabe que en condiciones propicias, no será ella quién falle. Demasiado trotar, demasiadas proezas demostradas en cada nota. En cada sílaba, lo mismo para sus adentros, lo istmo para los participes. Su coyuntura vocal, superaba la comprensión de sus compañeros. Lo que decía conjugaba con su existencia vital. Moldeó su voz en el estética de lo bello. Refiriéndose a la enorme capacidad mediterránea para realizar proezas, fastidiarlas, y luego expresarlas. Mientras suena la música se escuchan referencias, unas cuantas interesantes; Kora, la Gran Vía, palpito, pajarillo aro, extrajo, estrato, estrado, y se explica a sí misma Lora, el universo misterioso entero…más cuando la función acaba, María Callas se escucha llamándose en sus últimos suspiros.

Coro de la Orquesta Filarmónica Nacional Británica.

En está ocasión nos enfrentamos a dos concepciones distintas, de entender la trayectoria vital humana. Con un par de intérpretes muy experimentados, que hacen uso del método, que les ha llevado a donde están. Un Pavarotti utilizando la inmensidad de su voz, para implantar las directrices del comportamiento unitario, aunque en su papel, solo le toque amar. Con una J. Sutherland, que explica que el tiempo, el de las nubes, y que de la casa de campo a la church, porque es tradición. No se tienen gran simpatía. Aunque canten juntos. Que gran esfuerzo, hay que vocalizar. Y sí le imprimen mucho ritmo, lo hacen a su manera. Sin la menor instancia, ni compresión por parte del profundo varón. Con la mayor de las protestas arguméntales, desde el timbre de voz por la amante fémina. Quién explica, que ahora comprende, y el otro que esta harto. Pese que con la partitura de hace dos siglos, uno manda a Verdi al Panteón, y la otra a San Petersburgo. También puesto, que la obra de Alejandro Dumas se sitúa en Paris, la J.Stherland se expresa en francés. Allí fue la primera exposición universal. Aunque los franceses le hacen ascos a todo ignorante, su idioma es muy burgués. Sirve para expresar las más altas emociones. En otro orden, Pavarotti, hace más de una alusión a líquidos amarillos, pese a no ser alquimista. Aunque las interpretaciones son varias, la decisión final, es siempre a gusto del consumidor. Las referencias en estos movimientos: son lingüísticos. Cada cual que traduzca lo que comprenda. Hay quién comenta asco, y la respuesta es puede, y finalmente un escupitajo de un tercero sin importar que sean eminencias, pues provocan demencias. El cuidado de las bellas artes es la salud de la humanidad.

Consabidamente, David Rosique.

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